Muchas personas piensan que si tienen problemas para hacer frente a sus pagos, los profesionales no les podemos ayudar, pero nada más lejos de la realidad. Los problemas económicos que tanto os agobian se pueden empezar a solucionar cuando decidís a quién contratar.
Me dedico en cuerpo y alma a las familias y a las empresas que tienen problemas de insolvencia desde el inicio de mi carrera profesional.
Os ayudaremos a conseguir la mejor solución y conseguiremos que se cancelen vuestras deudas.
Entiendo perfectamente por lo que estáis pasando. Como abogada experta en insolvencias, la materia prima con la que trabajo son las personas. Por eso mi trabajo requiere de una especial atención y empatía.
Vuestro futuro dependerá en gran medida de cómo sea el proceso. Los primeros pasos que daréis para arreglar vuestra situación económica serán decisivos y si no son los adecuados las consecuencias pueden ser letales. Lo que os estáis jugando es muy preciado: vuestro futuro económico, que va a afectar a vuestra seguridad, vuestra autoestima y a las relaciones personales y familiares.
Si queréis, daré los primeros pasos con vosotros para que sean los adecuados y no os equivoquéis.
Pero seré muy honesta con vosotros, no os voy a regalar palabras que aseguren que todo saldrá bien en los casos en los que lo más probable es que no sea así.
La Ley de Segunda Oportunidad (Ley 25/2015, de 28 de julio, de mecanismo de segunda oportunidad, reducción de la carga financiera y otras medidas de orden social) es una norma dirigida a particulares y autónomos que no puedan hacer frente a las deudas pendientes o bien que haya iniciado un proyecto profesional y no les haya funcionado.
También pueden acogerse a ella personas que tengan deudas con entidades bancarias y no puedan hacer frente al pago de las mismas siempre que los deudores son de buena fe.
La finalidad de la esta Ley es permitir que una persona física, consumidor, autónomo, a pesar de haber tenido una mala experiencia económico empresarial o personal, tenga la posibilidad de encarrilar nuevamente su vida sin tener que arrastrar indefinidamente la carga de una deuda que nunca podrá pagar.
Para acogerse a esta Ley hay que cumplir los siguientes requisitos:
El deudor de buena fe es la persona que puede obtener un beneficio y exonerarse de sus deudas pendientes haciendo uso de la Ley de Segunda Oportunidad. Los requisitos para ser consicerado deudor de buena fe son los siguientes:
Es cierto que la Ley de la Segunda Oportunidad ofrece la posibilidad de empezar de cero, pero hay que tener en cuenta que el deudor, salvo que consiga un acuerdo con sus acreedores, tendrá que invertir todo su patrimonio, si lo tuviera, en pagar sus deudas, a excepción de su vivienda habitual en determinados supuestos.
Lo mejor para presentar estos acuerdos, así como para solicitar la cancelación de la deuda es contr con la asistencia de un abogdo especialista que facilite el éxito del proceso.
1er Congreso Europeo sobre Segunda Oportunidad, una iniciativa pionera del ICAB para abordar el derecho de consumidores y emprendedores a una segunda oportunidad ante problemas de insolvencias.
La Ley de Segunda Oportunidad cambia la práctica de prescindir de todo el talento que, en algún momento, ha tenido un tropiezo en su carrera.
El 31 de diciembre finaliza la moratoria concursal que facilitaba a las empresas en problemas la suspensión del deber de solicitar la declaración del concurso de acreedores.
